martes, 24 de noviembre de 2015

Actividad 4.1. - Y con la familia, ¿qué hago? - tras comentarios de tutor y compañeros y posterior revisión.

Actuaciones pertinentes para implicar a la familia de un alumno TDAH


La necesidad imperiosa a la hora de abordar las relaciones entre el centro educativo y la familia del alumnado TDAH pasa por mantener una continua comunicación sobre la situación que en cada momento va experimentando el alumno, pero no sólo la relativa a su funcionamiento en la institución de enseñanza, sino también en lo que se refiere a sus hábitos en casa y con la gente de su entorno. Sólo a partir de esa continua y recíproca comunicación se puede conseguir un conocimiento puntual e integral de todos aquellos aspectos a tener en cuenta para poder responder del mejor modo posible a las necesidades educativas, familiares y personales (emocionales y de integración social, fundamentalmente) del alumno. Eso sí, esa comunicación continua tiene que partir de la idea de ser claros entre ambas partes, no andar con mensajes diferentes entre ellos y que pueden distorsionar y perjudicar al afectado aún más que el no mantener ese fluido contacto (a veces esto puede ocurrir por la relajación sufrida entre ambas partes con el paso del tiempo, debido a los pequeños logros o fracasos que se van produciendo en el alumno TDAH a corto plazo), pues sólo a partir de la sinceridad y del verdadero trabajo grupal se conseguirá el éxito del objetivo planificado desde el inicio.

También se debe considerar que esa comunicación centro educativo-familia pueda extenderse, en ambos casos, a la participación en foros y reuniones con otras familias con niños TDAH, para conocer otras experiencias que puedan enriquecer y tener en cuenta otros aspectos que puedan haber sido obviados inicialmente o mejorar los ya planteados. Además, la idea de compartir experiencias podrá funcionar como “válvula de escape” tanto para la institución académica como para la propia familia del afectado por TDAH, quienes encontrarán una “red social” en la que ser oídos y comprendidos, lo que, a todas luces, resulta motivador y promueve actitudes positivas para encarar con ciertas expectativas de mejora todos los aspectos de muy diferente índole que la relación con este tipo de casos suele conllevar.

No menos importante es conseguir que centro de enseñanza y familia vayan a la par en el tratamiento del caso del TDAH tanto en cuestiones de organización y normas a imponer, como en el de recompensas y refuerzos a otorgar. En este sentido, no sólo es fundamental llevar un control de las comunicaciones entre los profesores (los directamente implicados en el “día a día” del TDAH y que, por tanto, más le van conociendo) y los padres del TDAH (la agenda del alumno, o un cuaderno específicamente destinado a ese uso comunicativo, pueden ser las herramientas elegidas para establecer ese contacto continuo), sino también reflexionar sobre los aportes que ambas partes pueden hacer para mejorar la eficacia de la actuaciones tomadas y las aún por tomar, a partir del amplio conocimiento que sobre el alumno tienen cada uno en sus respectivos entornos. Una medida que, inicialmente, puede parecer correcta, en un caso específico o concreto puede resultar pésima, por no haber tenido en cuenta dichas especificidades del TDAH en cuestión. Por tanto, hablamos de una organización muy individualizada que sepa centrarse en las atenciones directas que dicho alumno necesita y está dispuesto a asumir.


Guión para la entrevista con padres de un alumno TDAH

Se podrían tener en cuenta dos entrevistas, o una con dos partes diferenciadas, todo según las posibilidades horarias del centro de enseñanza y/o familia para realizar esas reuniones de contacto.
Partiremos de hacer dos entrevistas, sobre todo en los primeros día del curso académico, pues puede ser mas fructífero o amplio el tipo de conocimientos y datos que se puedan adquirir por ambas partes sobre la situación real del alumno TDAH. En este sentido, quizás convenga que ambas entrevistas tengan una distancia temporal de una semana, por ejemplo, para que en la segunda se puedan encauzar datos que quedaron sin tratar o sin indagar suficientemente en la primera.

En una primera entrevista, y siempre entendiendo que la institución académica toma la iniciativa para iniciar el contacto con la familia, considero que los datos más relevantes sobre los que basar dicha reunión comunicativa deberían centrarse en conseguir recabar y tratar los siguientes datos relativos a la vida personal del alumno TDAH:
- Explicar detalladamente a los padres cómo actúa su hijo en clase, sea tanto en sus aspectos positivos como en los negativos También en esa primera cuestión a tratar incidiría en los resultados que va teniendo en diferentes asignaturas y con distintos profesores, pues es posible que con algunos el alumno muestre incluso mayor grado de confianza que con otros, siendo éste un dato que, de ser bien canalizado, puede permitir un nuevo enfoque con el que arremeter contra la dispersión del TDAH. Incluso me centraría en hacerles partícipes del comportamiento y situación de aprendizaje real que viene experimentando en mi propia asignatura de Lengua, sobre todo desde que venimos coordinándonos Centro educativo y familia. Puede ser un factor analítico que permita extraer datos analógicos o comparativos entre el antes y el después que resulten muy interesantes.
Sólo con ese conocimiento lo más exacto posible de la realidad que tanto su entorno como él van viviendo se puede llegar a ayudar desde la propia familia y la casa, incidiendo en los detalles que. muchas veces. son los verdaderamente importantes para mejorar o incidir en determinadas acciones a realizar con el alumno de forma coordinada.
- Situación de salud (desde posibles antecedentes de enfermedades a actuales revisiones de tratamientos médicos). Aquí también sería conveniente destacar qué es lo que realmente conocen esos padres acerca del TDAH, y saber si necesitan apoyo o formación por parte del Departamento de Orientación, incluso para establecer un correcto tratamiento médico en el que el propio instituto pueda ser un elelmento coadyuvante y comprender las distintas fases por las que el alumno puede ir pasando, tanto en casa como en clase, mientras está siendo tratado médicamente.
- Relaciones del alumno con su entorno familiar y de amistades (tipo de conductas del alumno en su casa o en la calle con la gente de su entorno).
- Resultados de otras entrevistas o evaluaciones previas sobre el alumno en años anteriores, centradas en el plano social y afectivo, pues el meramente académico y educativo se dejaría, por su carácter más “frío”, para la segunda entrevista (será muy significativa la situación emocional que vivía en su entorno, por ejemplo, en su etapa de Educación Infantil y/o Educación Primaria).
- Conseguir datos de primera mano que permitan un contacto cada vez más directo con la familia (desde cuestionarios que recojan datos personales, domiciliarios, económicos, afectivos,...de cada uno de los miembros, para ver el estado de relación específico del afectado por TDAH con las distintas personas con las que debe relacionarse).
- Conseguir un ambiente relajado en esa relación centro educativo-familia, de modo que estén dispuestos a autorizarse mutuamente unos a otros las diferentes normas y tratamientos que deberán ser colectivamente tomados para asegurar la eficacia de las medidas planificadas.

En una segunda entrevista, habría que centrarse más en la recogida de datos tendentes a mejorar la evoluación académica del alumno, tanto en el centro de enseñanza como en su propia casa. Así, dicha información debería centrarse en aspectos como:
- Presentación de diferentes evaluaciones que tanto el centro educativo como los padres posean sobre la situación psicopedagógica y académica del afectado. Conviene, igualmente, ayudar a los padres a conocer cómo pueden colaborar con su hijo para que realice sus tareas escolares, mediante pequeñas pautas o consejos prácticos que permitan una labor autónoma de las actividades del TDAH, pero "vigilada" o "normativizada".
- Normas y consejos para ir realizando la labor en cada uno de los emplazamientos donde el alumno se encuentre, es decir, tanto las que deben seguir los profesores más directamente implicados en la enseñanza docente del alumno en el aula, como las que los padres y resto de familiares y amigos deben realizar en casa o en la calle con él.
- Contactos con otro tipo de elementos coadyuvantes para mejorar el tratamiento con el alumno, sobre todo centrados en la participación que se puede conseguir tanto del Departamento de Orientación de la institución educativa como de los diferentes tratamientos médicos que fuera del centro reciba, tanto en su propia casa (medicinas y/o tratamientos neurológicos específicos) como en gabinetes especializados (logopedas, pediatras, psicólogos, especialistas en pedagogía terapéutica, asociaciones de familiares de personas con TDAH, instituciones públicas que ayuden a su inserción laboral y social,...). La información que se consiga en esos ámbitos puede resultar crucial para acertar desde el principio con el modo de actuación colectivo a seguir por ambas partes con respecto al alumno.

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